El 26 de septiembre de 2015 entró en vigor la nueva normativa europea que afecta a equipos generadores de calor y agua caliente sanitaria (ACS). En realidad esta normativa entró en vigor en octubre de 2009 pero se aplazó temporalmente para que las empresas se adaptaran a ella hasta este 26 de septiembre de 2015. Desde este día ya no se pueden producir ni introducir en el mercado por parte de los fabricantes ningún aparato generador de calor, caldera o depósito de agua caliente sanitaria que no cumpla con la normativa. Esto significa que a partir de ahora solo se podrán fabricar calderas de condensación debido a su alto rendimiento, su bajo consumo y las bajas emisiones de CO2 y NOx.Esta nueva legislación se compone de dos leyes: la norma de diseño ecológico (ERP) y la de etiquetado energético (ELD). Ambas leyes forman parte de las medidas de ahorro de energía y protección del clima recogidas en el "
PLAN ESTRATÉGICO EUROPEO DE TECNOLOGÍA ENERGÉTICA" de 2007.
La ley ErP regula el diseño ecológico y los requisitos mínimos de eficiencia energética, emisiones de NOx y de niveles de ruido para los equipos de calefacción que se fabriquen o instalen en Europa.
El fin de esta norma es la de alcanzar los objetivos del Plan 20/20/20 para el año 2020:
1.- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%
2.- Ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética
3.- Promover las energías renovables hasta el 20%.
El fin es llevar a Europa hacia el camino del futuro sostenible, con una economía que genere pocas emisiones de carbono y consuma menos energía.
La regulación ErP se aplica a todos los aparatos de calefacción y equipos de calentamiento de agua vendidos dentro de la UE. Esto incluye calderas a gas y gasóleo, bombas de calor, unidades de microcogeneración, calentadores de agua, termos eléctrico y depósitos de hasta 400kW y 2.000 l.
La norma ELD de etiquetado energético, que ya es obligatoria en muchos de los productos energéticos y de consumo que tenemos en nuestros hogares, tiene como objetivo dar información de forma sencilla al consumidor sobre la eficiencia de los productos que compra. La idea es incentivar la compra de los productos más eficientes.
Esta norma se aplica a productos y sistemas hasta 70 kW y 500 l., los más comunes en los hogares de los consumidores.
Las etiquetas utilizarán una escala desde A++ a G en aparatos de calefacción y de A a G en calentadores para informar sobre la eficiencia del aparato y los niveles de ruido, además de la marca y el modelo del aparato o equipo.
